Podríamos estar peor
- Emmanuel Bravo
- 9 feb 2021
- 2 Min. de lectura
En su reciente reaparición en la Conferencia Matutina realizada desde Palacio Nacional, el presidente Andrés López contestó un "NO" contundente cuando se le preguntó si a partir de ahora, que se ha recobrado de padecer covid19, usaría cubrebocas. Aún cuando el uso del cubrebocas es una recomendación permanente de la OMS a nivel mundial, no solo a fin de prevenir el contagio, sino también como una medida de vigilancia entre quienes ya han logrado salir de la enfermedad, el presidente aclaró, sin decir quién, que la dijeron que él no necesita usarlo.

Como de costumbre, las opiniones se dividieron entre la crítica y las justificaciones, pero en un ámbito personal, hace tiempo que dejé de hacer caso a las recomendaciones que se emiten desde aquella tribuna en temas de salud, aunque sé que tienen un fuerte impacto en un gran sector de la población que ven el "ejemplo" y actúan en consecuencia. Dentro de lo malo que esto puede parecer, busco el lado positivo, diciéndome "podríamos estar peor", y si alguien piensa que eso es difícil de creer, podríamos ver el ejemplo de nuestros lejanos "vecinos" en África.
Tanzania es un país con 57 millones de habitantes, gobernado por el presidente John Magufuli, quien ha dicho que el covid19 es un invento de las naciones superiores para someter a la nación africana. Desde mayo del año pasado no se registran estadísticas sobre la enfermedad en el país, y el presidente asegura que así como la enfermedad "puede que exista", igual desaparecerá, pues rezan mucho a Dios, incluso 3 veces al día.
Las vacunas no sirven, son solo una forma de control que las grandes farmacéuticas internacionales quieren establecer, por lo que si alguien se siente mal existe una gran variedad de medicinas tradicionales más efectivas. Así es Tanzania, un país donde todo lo que dicen esas largas cadenas que recibimos vía WhatsApp y que varios calificamos de conspiranoicas son lo que en realidad cree su presidente, y actúa en base a ello, o más bien, no actúa.
El ejemplo de Tanzania no es un consuelo o justificación para que digamos "podríamos estar peor" o "no somos los peores", es más bien un espejo, donde podemos ver el reflejo de que es lo que le sucede a un país entero, con millones de habitantes, cuando se abandona a si mismo y se deja completamente en las manos de un solo hombre, que cree tener la razón absoluta, por sobre la ciencia, por sobre la razón.
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