El Legado no se Hereda, se Conquista a 100 por Hora
- Emmanuel Bravo

- 15 oct
- 2 Min. de lectura
Hay pasiones que se llevan en la sangre, que se respiran en el garaje y que suenan a motor a punto de estallar. En el mundo del automovilismo, los nombres legendarios se forjan con décadas de precisión y victorias. Zanella Engines era uno de esos nombres, un titán en el karting gringo. Pero los legados no están hechos para quedarse en un museo. Ahora, ese motor ha sido trasplantado a un nuevo chasis, uno con ADN venezolano y hambre de gloria: MR17 Racing Engines.

Esto no es un simple cambio de logo en la puerta. Es la historia de la familia Romero, que no llegó a la cima del automovilismo estadounidense por casualidad, sino a pulso, carrera a carrera. Mientras muchos conocen su ya famoso food truck que alimenta a los paddocks en los eventos nacionales, la familia decidió que era hora de pasar de servir el combustible para los pilotos a construir el que los lleva a la victoria. Adquirieron una operación respetada y, en lugar de solo administrarla, le inyectaron su propia sangre.
El arma secreta de MR17 tiene nombre y apellido: Marco Romero. Él no es un ejecutivo que ve las carreras desde una suite con aire acondicionado. Es un piloto internacional, un animal de pista cuyo sudor y feeling son el control de calidad final de cada motor que sale de su taller. Marco no solo prueba los motores para ganar sus propias carreras; los exprime al límite para garantizar que cualquier cliente que ponga un MR17 en su kart sienta la confianza de tener una bestia probada en combate, no en un laboratorio.
Detrás del piloto está el visionario, su padre, Enrique Romero. Esta jugada es la culminación de un sueño que empezó en Venezuela y que cruzó fronteras. Es la diversificación de una familia que entiende el negocio desde las entrañas, que sabe lo que es migrar y romperla en un mercado híper competitivo. No están empezando de cero, están parándose sobre los hombros de un gigante para llevar su propia visión, y el orgullo de su bandera, a un nuevo nivel de dominio en Norteamérica.
Y para que no queden dudas, esta transición tiene la bendición del propio creador del legado. José “NAKA” Zanella, también venezolano, no ve esto como el fin de una era, sino como una evolución. Celebró que la pasión y la excelencia que él construyó sigan en manos de compatriotas, asegurando que el esfuerzo de tantos años no solo se conservará, sino que crecerá. Es un traspaso de poder entre gente que comparte el mismo idioma: el de la gasolina y la velocidad.
Al final, MR17 Racing Engines es mucho más que una empresa. Es la materialización del sueño americano con acento venezolano. Es la prueba de que la trayectoria, la tecnología y la tenacidad familiar son la fórmula para consolidarse en el pináculo. La misma precisión y la misma pasión, pero con un nuevo nombre listo para devorar cada vuelta, desde Canadá hasta Chile.
Si entiendes que el éxito no es un destino sino una carrera de resistencia, y que las historias más poderosas huelen a llanta quemada, este es tu lugar. Síguenos en todas nuestras redes como @somosagendavb y no te quedes fuera de la conversación que acelera el futuro.








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